XLIX Congreso Anual de la SECV. Reflexiones en torno a la crisis

La Sociedad Española de Cerámica y Vidrio, celebró, del 28 al 30 de octubre, su XLIX Congreso Anual en la ciudad de Linares, localizada en una comarca, el Alto Guadalquivir, en que se sitúan, junto a uno de los núcleos clave de la industria cerámica española como es Bailén, ciudades con una larga tradición ceramista como Baeza y Úbeda.
Los números de participantes y de comunicaciones, en ligero descenso respecto a los dos últimos años, reflejan bien como la crisis del sector industrial acaba afectando, como no podía ser de otra forma, al entorno investigador y técnico. El contenido de las sesiones ha permitido, sin embargo, disponer de una visión de conjunto sobre los temas sobre los que puede gravitar el futuro de la actividad. Así las sesiones han repasado el estado de la técnica en biomateriales, pavimentos y revestimientos, ladrillería y materias primas, procesamiento y propiedades de materiales cerámicos y vítreos avanzados, medio ambiente y reciclado y patrimonio artístico y cultural
La mesa redonda,“Expectativas sobre las Actividades en Cerámica y Vidrio”, contó con la participación de ponentes procedentes de centros de investigación y tecnológicos muy ligados al mundo cerámico: Instituto de Tecnología Cerámica de la Universidad Jaume I de Castellón; Instituto de Cerámica y Vidrio. Madrid CSIC; Centro Tecnológico de la Arcilla (AITEMIN) Toledo y el mas reciente Centro de la Fundación Innovarcilla de Bailén.
En el contexto de una crisis que arrasa el sector cerámico, con tanto mas dureza cuanto mas es su dependencia directa del mundo de la construcción, 30-40 % en el sector de pavimentos, 60-70% en ladrillería, 40-50% en el sector refractarios, la conclusión mas clara es que el futuro del sector, tendrá que centrarse en una reducción neta de la capacidad productiva, para adaptarse a un volumen de 350-400,000 viviendas anuales y un contexto internacional mas competitivo que dificultará la labor exportadora.
Pero hay otras conclusiones a plantear, el futuro modelo productivo tendrá que basarse en un sistema que integre la optimización en el uso de materias primas, la eficiencia energética y la adecuación a normas medioambientales más restrictivas. Nadie discute el elevado nivel tecnológico del conjunto de los Sectores Cerámicos, ni su capacidad de innovación, pero el futuro demandará así mismo una estructura productiva con un mayor nivel de integración empresarial, que le dote de la masa crítica necesaria para abordar estrategias financieras y comerciales para actuar en un mundo globalizado.
Las dificultades son evidentes y la dramática situación social que se vive en las comarcas más dependientes de la actividad cerámica, no admite demoras. Las administraciones públicas no han reaccionado de manera adecuada y desde el punto de vista empresarial, parece asistirse más a una carrera de desgaste que a un esfuerzo de reestructuración ordenado.
La solución obvia, incrementar el nivel de innovación y reorientar la producción hacia materiales de mayor nivel tecnológico y funcional puede verse frenada por los recortes presupuestarios en I+d+i que recogen los Presupuestos Generales del Estado para el año 2010.
En la coyuntura actual, puede darse la paradoja de que disponiendo de una amplia red de centros de investigación y tecnológicos y de un potencial de investigación notable, la caída del sector industrial arrastre al sector investigador que, falto de expectativas, se oriente hacia una investigación en el ámbito más genérico de nuevos materiales, con un futuro industrial muy difuso en nuestro país
En este contexto se hace más necesaria que nunca la colaboración entre los diferentes centros de investigación involucrados para coordinar sus esfuerzos y contribuir conjuntamente a definir el futuro del sector cerámico español.
    En este año el Instituto de Tecnología Cerámica de Castellón cumple su 40 Aniversario, el Instituto de Cerámica y Vidrio los celebró hace una década, una nueva serie de centros se han ido generando a lo largo de estos años, el Instituto de Cerámica de la Univ. de Santiago, el Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias, el Centro Tecnológico de la Arcilla (Toledo) o el más reciente Innovarcilla (Bailén), se han consolidado nuevos centros tecnológicos en otras comunidades autónomas y los Institutos del CSIC y Departamentos de Materiales, de muy diversas universidades, constituyen una fuente de conocimientos básicos aplicables al nuevo modelo de producción cerámica que deberá surgir de la crisis.
La SECV celebrará en octubre del próximo año su 50 Aniversario e intentará que la serie de actos a organizar sirvan como plataforma de encuentro a todos estos actores, así como a las distintas asociaciones sectoriales que forman el tejido industrial cerámico.