Compás de espera

En determinados momentos la actividad incesante a la que estamos sometidos impone un compás de espera. En dichos momentos no todo está parado, simplemente el mundo sigue aunque nuestra percepción se corresponda con la de observadores más que con la de actores. La situación actual  no es ya sólo un estado de ánimo, sino una crisis real. El aumento de costes, la reducción de la competitividad atribuida fundamentalmente a un euro excesivamente fortalecido y el parón de la construcción, son factores que imponen dicho compás de espera al sector de cerámica y vidrio nacional.

Las crisis son como las ferias, cada uno cuenta como le va o le ha ido. Algunas empresas han hecho sus deberes para estar preparados o los están haciendo de forma acelerada. Una de las primeras acciones es reducir gastos, reducir producción, reducir plantillas y lamentablemente, limitar los gastos de I+D. Son las recetas básicas de cualquier economista. Y mientras tanto a esperar que el clúster cerámico siga teniendo el extraordinario empuje que ha venido demostrando. En este sentido la figura retórica del compás de espera ilustra una de las posiciones, probablemente desafortunadas, de parte del sector. Si el compás de espera lo practican la mayoría de músicos, la banda deja de sonar. Es importante en estos momentos que la música siga sonando para permitir que todos los intérpretes retomen la melodía tras ese compás de espera.

La pasada feria de CEVISAMA fue un fiel reflejo de lo anteriormente comentado. Mucho público con resultados no muy buenos, aunque sí mejor de lo esperado en opinión generalizada. Como contrapunto el adelanto en el fallo de jurado de los premios Alfa de Oro, anunciados el primer día de feria, animaron sin duda la misma. Si en la anterior edición los Alfa de Oro  reconocieron los avances en impresión digital, en esta edición han tenido un marcado ecológico con dos Alfas de Oro dedicados a aspectos relacionados con el reciclado. Desde estas páginas debemos destacar la importancia de que tres empresas hayan concurrido para presentar y ganar uno de dichos galardones.

La Sociedad Española de Cerámica y Vidrio, también se encuentra en dicho compás de espera ya que está inmersa en la renovación de los cargos de la Junta Directiva. Confiamos en que el nuevo equipo de gobierno que surgirá de esta renovación, conduzca con acierto los destinos de la SECV de cara a la próxima celebración de sus   cincuenta años de actividad.